En el mundo ajetreado de hoy es imprescindible encontrar herramientas, como el mindfulness, que nos permitan mantener centrada la mente. Además, que nos faciliten gestionar, de la mejor forma posible, nuestra respuesta ante los estresores diarios.
Con frecuencia, mientras doblas la ropa tienes un ojo en los niños y otro en la televisión. Mientras te duchas, también escuchas la radio y tienes la cabeza en la reunión del día siguiente.
Ser plenamente consciente de lo que está ocurriendo en el momento presente es una buena estrategia para manejar el estrés y tu respuesta ante las situaciones que lo desencadenan.
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Qué es el mindfulness
Mindfulness es la traducción al inglés del término pali sati, que implica conciencia, atención y recuerdo. El Mindfulness se contempla como la forma de llevar la propia atención a las experiencias que se están experimentando en el momento presente, sin intenciones de juzgar y con plena apertura y aceptación.
Consciente e inconscientemente, todos buscamos la paz mental que nos aporta el Mindfulness. Todos tenemos o deberíamos tener nuestra propia forma de hallar esa paz: desde caminar en la naturaleza olvidados del transcurso del tiempo, hasta dejarnos envolver por la brisa, las olas y el olor a mar.
El Mindfulness puede ser tanto formal, como informal. La diferencia entre ambos radica en la forma en la que se practica la atención plena. El mindfulness formal se asocia con las técnicas de meditación oriental. Sin embargo, el mindfulness informal es la adaptación de esas técnicas a tus actividades diarias. Se trata de dejar a un lado el multitasking y mantener la mente centrada en lo que estás haciendo.
Hoy te revelaré 7 formas de introducir el mindfulness en tus actividades diarias. No tienes que sentarte a meditar ni romperte la cabeza para extraerle más horas a tu reloj. ¿Parece interesante no? Pues continúa leyendo. descubrirás una excelente herramienta para mantenerte enfocada y reducir los niveles de estrés.
Beneficios del Mindfulness
Estudios científicos han demostrado que la práctica del mindfulness puede traer mejoras tanto en los síntomas físicos como psicológicos. Así como cambios positivos en la salud, las actitudes y los comportamientos.
1. Favorece el bienestar
Aumentar tu capacidad de atención plena respalda muchas actitudes que contribuyen a una vida satisfactoria.
Ten en cuenta que ser consciente del momento presente hace que sea más fácil saborear los placeres de la vida a medida que ocurren. De igual forma, te ayuda a gestionar tus emociones y lidiar con los eventos adversos.
Muchas de las personas que practican la atención plena han descubierto que es menos probable que se vean atrapadas en preocupaciones sobre el futuro o arrepentimientos por el pasado. Asimismo, son capaces de crear vínculos más profundos con los demás.
2. Mejora la salud física
Investigaciones científicas han revelado que el mindfulness o las técnicas de atención plena ayudan a mejorar la salud física de varias maneras. Ayuda a aliviar el estrés, tratar enfermedades cardíacas, disminuir la presión arterial, reducir el dolor crónico, mejorar el sueño y aliviar las dificultades gastrointestinales.
3. Mejora la salud mental
De igual forma que el yoga, el mindfulness y en general practicar la atención plena reducen los noveles de cortisol, la principal hormona del estrés. Por esa razón, en los últimos años, los psicoterapeutas han recurrido a la atención plena como un elemento importante en el tratamiento de problemas como: depresión, abuso de sustancias, trastornos alimentarios, conflictos de pareja, trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo.
4. Ayuda a acostumbrar la mente al estado de concentración y restringir tus pensamientos a un solo objeto
El mindfulness es una práctica que se enfoca en el entrenamiento de la conciencia y la atención plena. Cuanto más tiempo pases con la mente concentrada, con la atención absorta, más fácil será que la mente guarde silencio y que el parloteo interno se detenga. Lo que sin dudas, eleva tu sentimiento de dicha y plenitud.
5. Favorece la creatividad
El mindfulness ayuda a mantener la mente centrada. Y una mente en calma tiene espacio para generar más y mejores ideas. Investigadores de la Universidad de Leiden descubrieron un aumento de la creatividad en personas que practicaban mindfulness con regularidad.
7 Formas de introducir el mindfulness en tus actividades diarias
1. Mindfulness mientras caminas por la naturaleza

Dar un paseo al aire libre, ya sea en el campo, el bosque, o incluso por el parque más cercano, es una excelente oportunidad para aumentar los niveles de atención plena, librarnos de distracciones y elevar el ánimo.
Mientras caminas, procura sincronizar la respiración con el ritmo de tus pasos, inhalando durante tres pasos para después exhalar durante los tres siguientes. Déjate envolver por los sonidos, olores y colores que te rodean. Los expertos afirman que esto ayuda a reducir la presión arterial y el cortisol (la hormona del estrés).
2. Mindfulness mientras tomas una ducha

La ducha es el lugar perfecto para practicar Mindfulness. Así vayas corto de tiempo o estés cansado ¿quién no se ducha todos los días?
En lugar de «ducharte con tu jefe, los colegas o en la próxima reunión que tienes«, apaga el piloto automático y aprovecha este momento para hacer un paréntesis en tu rutina.
Desnúdate frente al espejo y admira tu cuerpo. Desde el minuto uno que abres el grifo y regulas la temperatura, presta atención a las sensaciones que te produce cada gota de agua que resbala por tu piel, que viaja a través de tu espalda, tus piernas y termina deslizándose por la bañera. Masajea tu cuerpo lentamente, disfruta el aroma y la suave textura de tu champú o gel corporal. Aclárate con abundante agua y siente como se va la espuma de tu piel, y junto a ella, la suciedad, los malos pensamientos y problemas para siempre.
De igual forma, sal de la ducha despacio, siente el contacto de tus pies con la alfombrilla. Seca tu piel con suavidad, disfruta la textura de la toalla. Humecta tu piel con tu crema hidratante preferida, conecta con su aroma y con la sensación de la crema por tu cuerpo. Y finalmente, vístete despacio.
Durante este proceso pueden llegar uno y otro pensamiento, si no fueran de tu agrado, amablemente déjalos ir.
3. Mindfulness mientras cocinas

Cocinar es considerada por muchos una tarea doméstica más. Si lograras concentrarte en la acción como tal, es decir, en el aroma y color de los alimentos, en la textura, incluso, en el sonido al cortarlos y sofreír, definitivamente convertirías el cocinado en una experiencia gratificante y de autocuidado.
Loa alimentos cambian de color y textura a cada momento. Uno de los ejercicios más potentes que puedes realizar durante el cocinado es focalizar tu atención en los olores. ¿Recuerdas ese olor que tenía el alimento antes de cocerlo? ¿Ha cambiado su aroma durante el cocinado? ¿Ha disminuido o se ha intensificado?
Una actitud abierta a la hora de cocinar, nos permitirá disfrutar del proceso, incluso transmitir esa energía a nuestras elaboraciones y en general a la familia.
4. Mindfulness mientras lees

Cuando leas un libro procura que la lectura no sea en celulares y pantallas. Por lo general, los celulares tienden a distraerte e incluso, la luz azul puede ser perjudicial para tus ojos e influir negativamente en tus horas de sueño.
Para que la lectura no se quede únicamente en la mirada, sino que lo leído sea descifrado por tu cerebro, es necesario hacer uso de la concentración, la reflexión y ciertas habilidades motoras, mentales y emocionales. Dichas habilidades coinciden con las que empleamos en el Mindfulness. Por lo tanto, la lectura en sí misma puede ser una práctica Mindfulness y aportar beneficios similares.
Siempre que vayas a leer, busca un lugar acogedor libre de distracciones. En mi caso particular, siempre que tengo la oportunidad me encanta acompañar el momento con una vela aromática o un incienso.
Si durante la lectura sientes que llegan pensamientos que te distraen, vuelve al párrafo tranquilamente. Además, puedes poner a prueba tu concentración deteniéndote al final de una página para ver cuánto has logrado retener.
Libérate de los acontecimientos que tuvieron lugar durante el día, de las preocupaciones y tareas futuras. Concéntrate en la lectura, vive mentalmente la experiencia de lo que les sucede a los personajes, reduce toda distracción y asegúrate de que estás leyendo con todos los sentidos inmersos en la acción.
5. Mindfulness mientras dialogas con otras personas

Practica cada vez que puedas una comunicación consciente. Presta atención al diálogo con la otra persona. Presta atención a su tono de voz y al torrente de emociones que pudiera estar experimentando en ese instante. Observa cómo reaccionas, cómo escuchas.
Proponte escuchar atentamente a quien te habla por lo menos una vez en el día. Escucha como si fuera la única tarea del mundo que tuvieras que hacer, sin juzgar, ni pensar en lo que tienes que hacer hoy o ahora.
6. Mindfulness mientras comes

Usualmente ponemos más atención en los alimentos que debemos comer que mientras los ingerimos. Durante el desayuno, el almuerzo o la cena también puedes ejercitar la atención plena.
Al comer, prueba hacerlo sin prisas, disfruta con todos tus sentidos de la comida. Independientemente de los beneficios que conlleva comer con calma y masticar bien los alimentos, cuando lo haces, también percibes los aromas, sabores, texturas e incluso, te sacias antes.
Además es recomendable que a la hora de comer dejes de lado tu smartphone, laptop, TV, tareas pendientes y otras distracciones. Observa tu comida y reflexiona en todos los nutrientes que estás incorporando en este momento a tu organismo. Agradece a todas las fuerzas naturales y humanas que han puesto a tu disposición dichos alimentos.
7. Mindfulness mientras escuchas música

Escuchar música es tan habitual en nuestras vidas, que no le damos la importancia que amerita. Según estudios científicos, cuando escuchas tu música favorita se libera dopamina, el neurotransmisor que también se libera ante placeres asociados a la alimentación, el sexo y hasta el consumo de drogas.
Escucha música que te motive, sigue las melodías, conecta con los ritmos, presta atención a los diferentes sonidos e instrumentos. Esto repercutirá de forma positiva en tu estado de ánimo, concentración y memoria. A su vez, ayuda a combatir los síntomas de la depresión, reducir la ansiedad y favorece tu horario de sueño.
Conclusiones
Soy consciente de que cruzar las piernas sobre la esterilla, quedarte quieto, mantener un flujo constante de respiración, ignorar la cháchara mental y no juzgar durante un tiempo, no es tarea fácil ni gratificante para todos. Incluso, según los expertos, hay quienes sufren de ansiedad crónica y experimentan ataques severos de estrés al intentar llegar a ese punto de concentración que se pretende con la meditación.
Por otra parte, con nuestro estilo de vida occidental no es habitual que podamos realizar estas actividades con plena consciencia diariamente, sobre todo porque en un principio requieren de constancia y esfuerzo.
Pero si decides practicarlo una vez a la semana o incluso te pones como objetivo emplear la atención plena en una única actividad, es probable que con el tiempo vayas poniendo más consciencia al resto de las actividades por mayor tiempo. A medida que entrenes la atención será más fácil mantener la concentración, relajarte y frenar el flujo de pensamientos.
Entonces, ¿por cuál actividad has decidido empezar? Te leo en comentarios.
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