Soltar, dejar ir – qué significa soltar.

Está muy de moda el aprender a soltar y dejar ir. Con frecuencia me encuentro con mensajes, sobre todo en las redes sociales, que invitan a soltar. Para muchas personas soltar significa dejar ir todas esas situaciones y personas «tóxicas» que no les hacen bien. Que de alguna manera interfieren con su calidad de vida.

Sin dudas, para fluir con la vida es necesario dejar ir pensamientos y emociones. Es necesario vivir el momento presente sin juzgarte, sin apego a lo que ya pasó o pueda pasar. Y por supuesto, para fluir con la vida, hay que aprender a soltar. Pero se debe observar la connotación que se le está dando al vocablo «soltar».

Me llama la atención que constantemente las personas huyen, desean huir o creen que huir es la mejor opción cuando las situaciones se complican, cuando aparentemente las cosas no están en sintonía con sus objetivos y felicidad.

Está muy de moda el aprender a soltar, pero se ha olvidado el sostener, reparar, cuidar, amar y no salir huyendo cuando todo se complica.

Fer Herrera

Continuamente se ven familias que se desentienden. Parejas que rompen matrimonios que sí tenían solución. O profesionales que tiran la toalla porque se han cansado de cumplir horarios y/u órdenes.

Pero adoptar esa actitud es muy fácil.

Es muy fácil abrir la puerta y salir corriendo.

Es muy fácil culpar a los demás por la situación (sea cual sea la situación).

Es muy fácil creer que cuando las cosas no marchan como tú quieres es señal de que no estás en el lugar ni el momento adecuado. O que no están creadas las condiciones para que seas feliz y, por lo tanto: ¡venga, a abrir la puerta y saltar que aquí no hay nada más que hacer!

Todo el mundo, de una forma u otra desea ser feliz, y lo que atente contra ello, ¡pa’ fuera!

Pero, dónde quedó el trabajar en uno mismo.

Dónde quedaron tu crecimiento y evolución personal. El procurar ser mejor persona cada día. El convertir lo ordinario en extraordinario. El hacer lo que estés haciendo de la mejor forma posible.

Dónde quedó el colaborar con los demás, interesarte por los demás, no criticar. Perdonar como muchas veces has sido perdonado y amar como otras veces te han amado.

Enfócate en sacar adelante los proyectos tanto individuales como comunes. Intenta crecer a pesar de las circunstancias. Ayuda a los demás, empatiza con sus dificultades, porque con suerte, la gente que te rodea responderá de la misma manera y aunque no sea así, habrás influido de forma positiva en tu situación, trabajando sobre ti mismo.

Decía Eleanor Roosevelt que nadie puede herirte sin tu consentimiento. Por lo tanto, no es aprender a dejar ir o dejar ir la situación externa, es NO OTORGARLE EL PODER de machacarte la vida. Y la única forma de lograr eso es cambiando de adentro hacia afuera, para de esta manera provocar un cambio positivo en el mundo exterior.

Nadie puede quitarte tu autorespeto si tú no se lo das.

Gandhi

Si crees que el problema es tu pareja, el jefe, tu mamá …, entonces le estás cediendo a esa persona la responsabilidad sobre tu vida. ¿Eso es lo que quieres?

Si crees que dejando ir a esas personas, o que aislándote de la situación solucionarás el problema, que sepas que eso no siempre funciona. Señores hay que autoanalizarse, hay que autoconocerse, porque te darás cuenta que muchas veces el/la del problema has sido tú.

A veces, el problema es la percepción que tenemos de la realidad, los paradigmas y procesos automatizados que tenemos incorporados. Y mientras eso no cambie, te pasarás la vida dejando ir aquello que no siempre es el problema.

Deja de ser una persona reactiva

La gente reactiva se resigna a los hechos.

La gente reactiva se deja arrastrar por lo superficial, por sus creencias, por los deseos efímeros, por el ego que los carcome.

A la gente reactiva le afecta su medio físico y ambiente social, es decir, su conducta depende de las circunstancias externas, del trato que los demás tienen hacia ellos.

La gente reactiva piensa: esto es lo que hay y punto, no puedo hacer nada más. Y culpan a otras personas, a las circunstancias, incluso a Dios y a la virgen de su propia situación.

Y conviértete en una persona proactiva

La gente proactiva examina las alternativas y ayuda a resolver las dificultades desde el amor. Une todos los recursos y la creatividad para alcanzar propósitos comunes de la pareja, de la familia o de la organización.

Las personas proactivas no sólo toman la iniciativa, sino que no se culpan. Se responsabilizan de su propia vida.

Puede haber afuera la tormenta más grande, que la gente proactiva lleva el sol con ellos mismos.

Ahora más que nunca se necesita gente proactiva. Gente que cuide, que mantenga y repare. Gente que tome la iniciativa. Gente que se cuestione cómo resolver las cosas y se ponga el traje de luchadores para sobrepasar la crisis. No gente que deje ir por el simple hecho de que hay que dejar ir.

No se puede ser superficial ni egocéntrico en las relaciones.

En una relación, del tipo que sea, no se puede inclinar más la balanza de un lado que del otro.

¡Equilibrio señores, equilibrio! Debemos aprender a escuchar y sobrellevar a la otra parte, entregarte y comprometerte con tus objetivos individuales y los comunes. No se puede ir por la vida parafraseando todo lo que hay por ahí. Hay que bajar a las profundidades de las situaciones, hay que saber sostener, cuidar y reparar lo que realmente merece tu atención.

¿Qué significa para mí soltar?

Soltar, no siempre significa dejar ir personas, empleos…

Todo lo contrario, soltar es saber sostener eso que vale la pena, eso que está en sintonía con tus principios, valores y propósitos, pero sin despreocuparte de todos y todo para enfocarte únicamente en ti, en tus objetivos y necesidades.

Soltar es dejar ir lo negativo para enfocarte en lo positivo. Es romper paradigmas y hábitos que no te dejan avanzar.

Soltar, es no querer tener el control de todo, es soltar el ego, el poder.

Soltar significa dejar ir lo que te hiere o daña, lo que te corroe el alma, lo que te corta las alas, lo que te avergüenza de ti mismo, lo que te paraliza. Significa no recurrir al mismo modus operandi que ya sabes que no funciona.

Mientras no sueltes eso que te tiene prisionero, mientras no te autoconozcas, te encontrarás constantemente con la necesidad de dejar ir personas y situaciones creyendo que ellos son el problema. Corta la cadena, concientiza que no es una cuestión externa, sino interna. Y necesita revisión.

Conclusiones

No se debe confundir la incapacidad de comprensión, de compromiso, de perdonar, de buscar alternativas y la falta de diálogo con una persona con la necesidad de dejar ir. Hay que adentrarse en las raíces de los problemas, no se puede ser superficial. Eso, no es más que tomar un atajo para salir ileso de una situación que aparentemente te parece irreparable.

A continuación, les dejo esta anécdota contada por Stephen R. Covey en su libro los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.

Una vez, durante una conferencia sobre el tema de proactividad, una mujer se puso de pie en medio de mi disertación y empezó a decir muy excitada:

No puede imaginar lo que me ha ocurrido. Trabajo como enfermera para el hombre más miserable que pueda imaginarse. Nada de lo que haga es suficiente para él. Nunca lo aprecia, ni siquiera me lo reconoce. Constantemente me acosa y encuentra defectos en todo lo que hago. Por culpa de este hombre mi vida es desgraciada y a menudo descargo mi frustración sobre mi familia. Las otras enfermeras sienten lo mismo. Casi rezamos para que lo echen.

Y usted tuvo el descaro de plantarse allí y decir que nada puede herirme sin mi consentimiento, y que yo elijo mi propia vida emocional de infelicidad… Bien, en modo alguno podía yo aceptar esa idea.

Pero seguí pensando sobre ello. Realicé una verdadera introspección, y empecé a preguntarme: ¿Tengo el poder de elegir mi respuesta?

Cuando por fin comprendí que en realidad tengo ese poder, cuando me tragué esa amarga píldora y comprendí que yo había elegido ser desgraciada, también comprendí que podía elegir no serlo.

En ese momento me puse de pie. Me sentía como si me estuvieran dejando salir de San Quintín. Quería gritarle a todo el mundo: «¡Soy libre! ¡Salgo de la cárcel! ¡Nunca más voy a dejarme controlar por el trato que me dispense otra persona!»

¿Qué te ha parecido esta anécdota y en general el artículo? Déjanos saber en los comentarios. Una vez más muchas gracias por formar parte de la familia Motivarte. Un abrazo inmenso y hasta la próxima.

4 comentarios en “Soltar, dejar ir – qué significa soltar.”

    1. Muchísimas gracias Carlos🤗
      La verdad que tenía muchas ganas de escribir sobre este tema, precisamente porque yo fui una de las tantas que en su momento banalizo el «dejar ir». Soy consciente que este punto de vista hará reflexionar a muchos y no conectará con otros🤷🏽‍♀️Pero de eso se trata no?
      😘😘😘😘

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